19.9.10

Ver para creer. Por mi.

Sería bueno conservar la fé. ¿Pero cómo hacer para en tus palabras creer? Si no hay hechos que corroboren tus pensamientos, tus frases escritas en mi cuaderno se las lleva el viento. Necesito acciones que afirmen lo que siento, que pongas tus pies en movimiento. Es frustrante estar acá parada todo el tiempo, me carcome el cruel escarmiento de la seguridad de saber que solo quiero estar con vos en este momento.
Sería consolador poder tocarte. Me hace daño sentirte tan cerca y no poder siquiera mirarte. Nunca vas a poder estar en mi lugar, nunca vas a ver la situación desde mi perspectiva. No vas a abrir los ojos y entender que aunque prometa esperarte toda la vida, a mi también el orgullo me puede ganar la partida.
Maldito orgullo que no nos deja vivir como queremos, nos encadena a amores pasajeros y no nos deja disfrutar de la unión de dos corazones que quieren ser eternos. Siempre tan inoportunos, tan a destiempo. No vamos a lograr ser uno si nuestros relojes siguen desparejos. Me seguís rogando que espere, que confíe. ¿Pero cómo confiar ciegamente? No, no puedo. Necesito algo que lo sustente. Yo soy la ilusa que te amará hasta la muerte y vos el hombre que cautiva mi mente. ¿Cómo hacer para seguirte? Yo soy la tonta que te amará hasta que muera y vos el hombre que con sus manos recorre a cualquiera.

12.9.10

tiempo. pormi


Miro en esos ojos oscuros buscando atisbos de sinceridad. Buscando a una persona que sienta de verdad. Apoyo la cabeza en tu pecho tratando de latidos escuchar, tratando localizar los restos de un corazón que hace un tiempo decía ser solo mío. Llueven consejos, y no hay consuelo. Llueven conejos, y me prestan sus pompones. Las nubes me envían algodones, las brujas pociones. Revuelvo con mis dedos tu pelo intentando analizar ese cerebro, revisar que aún lo tengas y corroborar si perdiste la cabeza. Me bombardea el agua, y una señora me ofrece su paraguas. ¡ay, no! Eran mis propias lágrimas. Este celeste no me tira verde, y este marrón ya no me da ilusión. Masajeo tus pies para ver si así se quiere mover, quizás sentís un malestar y por eso no avanzas hacia mi en mis noches de soledad. No estas, no te vas. Aún así siento que día a día te pierdo y contigo me muero, porque en otras palabras y siendo más clara: Si te pierdo no va a haber vida, no habrá una razón para mis días. Perderé el por qué de que en mi cara pueda dibujar una sonrisa. Si te pierdo, perderé mucho más que una mera compañía. No habrá luz, no habrá instante en que de mi mente pueda sacarte. No existirá canción que describa lo que siento, no habrá ilusión, nuevamente no habrá consuelo. De la tierra nacen relojes que nos muerden los talones. Florecen señales, maduran verdades. Caen al piso como granizo, esto se está volviendo un poco enfermizo.