12.9.10

tiempo. pormi


Miro en esos ojos oscuros buscando atisbos de sinceridad. Buscando a una persona que sienta de verdad. Apoyo la cabeza en tu pecho tratando de latidos escuchar, tratando localizar los restos de un corazón que hace un tiempo decía ser solo mío. Llueven consejos, y no hay consuelo. Llueven conejos, y me prestan sus pompones. Las nubes me envían algodones, las brujas pociones. Revuelvo con mis dedos tu pelo intentando analizar ese cerebro, revisar que aún lo tengas y corroborar si perdiste la cabeza. Me bombardea el agua, y una señora me ofrece su paraguas. ¡ay, no! Eran mis propias lágrimas. Este celeste no me tira verde, y este marrón ya no me da ilusión. Masajeo tus pies para ver si así se quiere mover, quizás sentís un malestar y por eso no avanzas hacia mi en mis noches de soledad. No estas, no te vas. Aún así siento que día a día te pierdo y contigo me muero, porque en otras palabras y siendo más clara: Si te pierdo no va a haber vida, no habrá una razón para mis días. Perderé el por qué de que en mi cara pueda dibujar una sonrisa. Si te pierdo, perderé mucho más que una mera compañía. No habrá luz, no habrá instante en que de mi mente pueda sacarte. No existirá canción que describa lo que siento, no habrá ilusión, nuevamente no habrá consuelo. De la tierra nacen relojes que nos muerden los talones. Florecen señales, maduran verdades. Caen al piso como granizo, esto se está volviendo un poco enfermizo.

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