19.9.10

Ver para creer. Por mi.

Sería bueno conservar la fé. ¿Pero cómo hacer para en tus palabras creer? Si no hay hechos que corroboren tus pensamientos, tus frases escritas en mi cuaderno se las lleva el viento. Necesito acciones que afirmen lo que siento, que pongas tus pies en movimiento. Es frustrante estar acá parada todo el tiempo, me carcome el cruel escarmiento de la seguridad de saber que solo quiero estar con vos en este momento.
Sería consolador poder tocarte. Me hace daño sentirte tan cerca y no poder siquiera mirarte. Nunca vas a poder estar en mi lugar, nunca vas a ver la situación desde mi perspectiva. No vas a abrir los ojos y entender que aunque prometa esperarte toda la vida, a mi también el orgullo me puede ganar la partida.
Maldito orgullo que no nos deja vivir como queremos, nos encadena a amores pasajeros y no nos deja disfrutar de la unión de dos corazones que quieren ser eternos. Siempre tan inoportunos, tan a destiempo. No vamos a lograr ser uno si nuestros relojes siguen desparejos. Me seguís rogando que espere, que confíe. ¿Pero cómo confiar ciegamente? No, no puedo. Necesito algo que lo sustente. Yo soy la ilusa que te amará hasta la muerte y vos el hombre que cautiva mi mente. ¿Cómo hacer para seguirte? Yo soy la tonta que te amará hasta que muera y vos el hombre que con sus manos recorre a cualquiera.

No hay comentarios:

Publicar un comentario