2.1.12

A

Te ví, te observé y en vos pude encontrar lo que hace tiempo no encontraba,
capaz porque nunca me puse a buscar, capaz porque no estabas.
Te miré de arriba a bajo y mejor ni te cuento de lo que me dieron ganas.
No quedó ni un solo centímetro tuyo que no fuera analizado
y le hiciste sin saberlo un agujero a mi muralla.


Te acercaste y susurraste algo en mi oído.
La ventizca producida por tus palabras despertaron eternas dudas,
tus dedos en mi sien ataron mis miedos obligándolos a alimentarse de recuerdos y a instalarse donde nunca quisieron.


Me alejé por no querer someterme a tu scaneo.
No quería que sepas todos mis secretos
pero eras un imán y pronto te convertiste en un diván.
Resté unos puntos, sumé otros tantos.
Me aterraba la idea de que no te gustara lo que estabas encontrando.


Ni tan bello ni tan salvaje te acercaste. 
Estoy olvidando mencionar la parte de que te estas volviendo irremplazable.
Ni tan triste ni tan sincero, 
no vas a tardar mucho en dar con el tiro certero.
Restaste un punto, sumaste unos varios.
Me mortificaba la idea de que me gustaras demasiado.


Te dije: "Las revoluciones empiezan en el interior"
ahora que cambiaste mi cabeza, animemosnos a cambiar el exterior.
El mundo gira por amor.


El huracán provocado por tus gritos voló mis dudas.
Tus dedos apoyados en mis labios espantaron mis miedos.
Sin embargo no estaba del todo convencida hasta que llegué a esta conclusión:
Me quiere mucho, poco o nada pero me quiere como soy.


Sé que te intriga saber si hay alguien en mi cama, 
no hay nadie que no se pueda cambiar junto con las sábanas.
Sé que te preocupa si hay alguien en mi corazón,
lo único que sé es que todo el tiempo en mi cabeza estas vos.


La falta de tus besos me da en la nuca, tu forma dulce alternada con una brusca.
La falta de esas charlas me esta volviendo loca, aún mas de lo que pensé que podría llegar a estar.
El roce de tu boca... Hace años no me sentía igual.


Que me hagas prescindir de tus palabras te convierte ante mis ojos en la parca
¡y que contradicción que la muerte me haga sentir tan viva!
Y que extraño es que en el mismo infierno al sentir el vaiven de mis piernas sobre tu falda
pude encontrar el cielo y reir a carcajadas.


En tu abrazo supe encontrar la gloria, en el apretón de tu mano la armonía y en tus ojos la paz que necesitaba.
No me quites eso, que es lo que tanto ansiaba.

No hay comentarios:

Publicar un comentario